A partir de esta decisión estratégica hemos desarrollado una especialidad en formaciones para docentes que enfatiza las dimensiones relacionales de la escuela; el bienestar, el clima escolar, la presencia docente, y la vitalidad vocacional. Como deja ver el título de uno de nuestros más importantes procesos Ser Docente, Ser Persona; hacía una ética del cuidado de sí, reconocemos la importancia del cuidado del docente como persona antes que nada. Nuestras formaciones, tanto en línea como presenciales, se basan en la convicción que cuidar y cultivar al docente como persona es igual a cuidar y cultivar su ser profesional, ya que ambos están estrechamente relacionados.

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Enmarcamos este quehacer haciendo hincapié en los cuatro pilares de la educación propuestos por la UNESCO, donde se destacan los pilares de “aprender a ser” y “aprender a convivir” como aspectos fundamentales de la educación. Nuestra labor es, entonces, hacer valer estos principios primeramente en los docentes, quienes también necesitan tener oportunidades para su propio desarrollo como seres humanos. Para nosotros, un docente que está consciente de sí mismo, y con una sensibilidad hacía la vivencia del otro, es un docente con mayor capacidad para construir climas cálidos, afectivos y comunicativos en el aula, mismos que promuevan el aprendizaje y una educación integral en sus estudiantes.

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